2. Improbabilidades
Un
sentir profundo
se
aquieta en la mirada.
Es
improbable tu mirada de café y sentimientos
oculta
a los espías de la noche
que
buscan sensaciones de asfalto cotidiano,
de
taconear furtivo,
de luna
en las acequias.
Es
improbable un silencio mojado de canciones
que hacen malabares por los cables
hasta
los postes de madera oscura
y bajan a jugar en la vereda
sin
pisar la unión de las baldosas.
Es
improbable tu caricia en una frente
huérfana de monedas y ternura
y
los días dolidos
por
la ausencia de dinero y comprensión.
Es
improbable la certeza
de
presentir la unión de las palabras,
la marcha de las horas,
la
unión de los espacios,
la
histeria colectiva,
la
jerigonza de sueños acodados en penas de arrabales
al
son de guitarras incompletas,
de
miradas absortas
y de sonrisas tenues.
Es
improbable un cielo sonrojado
con
pájaros en fugaces acrobacias,
una
esperanza que calme los dolores,
manos
de papel que desafíen nudos,
miradas embriagadas de perfume.
Es
improbable el quizás de los sentidos,
el
abrazo al fin de la nostalgia,
el
sabor a campanas,
la
melodía inconclusa,
la magia que cuaja las mañanas
en un interminable amanecer.
Es
improbable la vida,
pero
es.