74. Interiores
El
silencio es un murmullo herido.
Tras
los cristales de una ventana inexistente
adivino
tu pesar, sombra de ayer.
Tu
rostro se refleja acariciado por la luna
que,
tímida, se cuela entre los pliegues
de
una cortina somnolienta.
Huelo
tu perfume
(¿o
serán los jazmines de la calle?)
que
me recuerda una historia no contada
mientras
escucho el roce de tu cuerpo
como
un gato en los sillones.
Te
llamo por tu nombre y silencio.
No
estás para mí,
al
menos, hoy.
75. Vitrales
Un
color silencio
dibujado
en la sombra del vacío
recorta
primoroso la distancia
patinando
los bordes
de
una ventana triste.
76. El color del
silencio
Calle
abajo,
donde
las sombras son suspiros lentos
un
sentimiento gris se descascara.
Se
refleja en la ventana somnolienta
y
esfuma los espacios
para
que una melodía los ocupe.
(El
tic tac de un reloj golpea el aire;
las
agujas bailan).
Una
mujer toda años, toda canas,
toda
sombras,
presta
los ojos para que anide la mirada
y
reclina su cansancio
en
una mecedora de recuerdos.
Calle
abajo
hay
un silencio color nada.
77. Reposo
Me
encuentro en los momentos
en
que nadie toca a mi puerta
y
el silencio se cubre de vacío.
78. Estío
Una
puerta entornada.
Los
silencios se filtran
rebalsando
el agobio
de
un verano triste.